01.09.2023
La eficiencia como principio rector
Un desarrollador apasionado: Christian Metzger lleva 20 años trabajando en Balluff. Con su equipo, ha desarrollado numerosos productos y tecnologías y ha participado en el establecimiento del estándar industrial IO-Link. Su proyecto actual: un "laboratorio para llevar" que permite a los empleados trabajar de forma flexible en distintos entornos.
Ya se trate de hardware, firmware o software: cuando se trata de desarrollo, Christian Metzger no se deja superar fácilmente. Es jefe de plataformas de firmware y, con 20 años en la empresa, un auténtico veterano de Balluff. Metzger se incorporó a Balluff durante sus estudios en la universidad dual de Stuttgart. A lo largo de los años conoció el desarrollo de la automatización industrial desde todos los ángulos, trabajó en numerosos productos y tecnologías y participó en el desarrollo del estándar industrial IO-Link.
En la actualidad, el ingeniero diplomado representa a Balluff en la comunidad IO-Link y dirige un equipo internacional de 13 desarrolladores. Juntos crean la base técnica de los productos Balluff. ¿Qué ha acompañado a Christian Metzger desde el primer día? "El tema de la eficiencia. Está presente en todas nuestras tareas de desarrollo. ¿Por qué hacer las cosas dos y tres veces si podemos establecer estándares sensatos y uniformes?".
Christian Metzger sigue siendo un desarrollador de corazón: incluso en su puesto de director, le sigue gustando trastear.
Éxito gracias al compromiso
Cuando Christian Metzger terminó sus estudios en 2006, se introdujo en el campo del desarrollo de RFID. Ya en 2005, Metzger participó en la comunidad IO-Link, donde las principales empresas de automatización desarrollaron conjuntamente el nuevo estándar de comunicación. "Fue una época muy emocionante", recuerda. "IO-Link es crucial porque nos permite conectar fácilmente sensores y dispositivos de distintos fabricantes. Esto nos permitió hacer los sistemas de automatización mucho más flexibles y eficientes."
Le siguieron puestos en redes y BTL, donde Metzger trabajó como subgerente de proyecto. Esta nueva responsabilidad de gestión no le era del todo ajena: desde su juventud, Metzger ha participado de forma privada en la obra de la juventud protestante de su ciudad natal, Calw, primero como líder de un grupo juvenil y más tarde como tesorero y presidente. "Como ve, mis aficiones no me invitan necesariamente a relajarme", ríe. "Pero es así como me siento más cómodo: cuando tengo una tarea, un problema que resolver. Eso vale tanto para lo profesional como para lo privado".
Innovar durante la pandemia
Al principio de la pandemia de 2020, Christian Metzger se encontró con un reto que parecía hecho para él: "De un día para otro, nuestro equipo empezó a trabajar de repente desde la oficina central", recuerda. "Lo teníamos claro: se trata de una medida importante. Balluff quería aportar su granito de arena a la lucha contra la pandemia". Pero había un problema: los equipos de desarrollo de firmware trabajan con montajes fijos y complejos que no pueden transportarse fácilmente entre el laboratorio y la oficina en casa. "La pregunta crucial era: ¿cómo podemos seguir trabajando sin infringir las normas de distancia ni pasar horas cada día montando y desmontando equipos?". Una idea se formó en la mente de Christan Metzger: "Pensé: ¿cómo podemos recrear el entorno del laboratorio a la escala más pequeña? Un laboratorio para llevar". La respuesta: un maletín de desarrollo móvil que puede equiparse según las necesidades y utilizarse fácilmente en distintos lugares, ya sea en la oficina, en casa o de viaje. La ventaja decisiva: "Nuestra maleta es una solución estandarizada", subraya Christian Metzger. "Antes existían soluciones similares para casos concretos. Pero ahora los desarrolladores de toda la empresa tienen la posibilidad de adaptarla y utilizarla según sus necesidades."
El proyecto actual de Christian Metzger: el kit de desarrollo, que permite utilizar configuraciones complejas fuera del laboratorio.
Lo que desde fuera parece un robusto maletín de viaje puede llenarse con herramientas de desarrollo de última generación y transportarse como se desee. En su interior, el maletín ofrece espacio para todo tipo de superestructuras. Su diseño con protección táctil garantiza que los componentes electrónicos sensibles estén protegidos de daños e interferencias. "El maletín permite a nuestros desarrolladores trabajar con eficacia en entornos que no sean de laboratorio sin infringir las directrices de seguridad", explica Metzger.
Tan eficiente como la maleta en sí es su proceso de entrega: tras construir y probar una tirada de preproducción de 15 maletas, la maleta entró oficialmente en producción en mayo de 2023 en tres tamaños diferentes.
La maleta es muy popular entre el equipo: "Recibo regularmente el comentario: "¿Por qué no se nos ocurrió algo así mucho antes?"", dice Christian Metzger. La maleta también es popular porque resuelve no sólo un problema de pandemia, sino también de eficiencia: "Antes de que tuviéramos la maleta, nuestros desarrolladores montaban sus propias superestructuras. Eso significa recoger, pedir, desembalar, montar... este proceso puede ser a muy pequeña escala". Ahora, incluso las configuraciones altamente especializadas están a solo unos clics de distancia: en el Marketplace interno de Balluff, los desarrolladores de toda la empresa pueden configurar y pedir la maleta individualmente.
"El hecho de que la maleta exista hoy en esta forma se debe directamente a los equipos implicados. Los empleados que lo han llevado con tanto empeño desde la idea hasta su puesta en práctica", resume Metzger. "No habría sido posible sin las distintas mentes creativas: desde la definición de los requisitos, pasando por las pruebas de seguridad, hasta la gestión de los materiales".
"La eficiencia es crucial en el desarrollo. ¿Por qué hacer las cosas dos y tres veces cuando podemos establecer normas sensatas y uniformes?".
Christian Metzger, Jefe de Plataformas de Firmware
Inicio turbulento de una nueva etapa
Metzger dirige desde 2018 su equipo de Plataformas de Firmware, en el que ahora trabajan trece desarrolladores, en parte en la sede de la empresa en Neuhausen y en parte en la recién creada oficina de desarrollo en Budapest. La tarea principal del equipo es definir, diseñar e implementar firmware para los productos Balluff. Desarrollan bibliotecas de código, controladores y API que ayudan a los equipos de desarrollo a integrar funciones y características específicas en el firmware de los productos Balluff. Siempre con la vista puesta en Los requisitos específicos de los clientes de Balluff en cuanto a fiabilidad y seguridad de los protocolos de comunicación.
Para Christian Metzger, el camino hacia el puesto directivo supuso un reto de otro tipo: poco después de nacer su segundo hijo, recibió una llamada inesperada: "El nacimiento, la construcción de nuestra casa, mi trabajo de juventud... En realidad estaba en medio de todo. Entonces me preguntaron si quería ser el jefe del equipo de firmware. En mi corazón lo supe enseguida: ¡sí!".
Pero el momento no pudo ser más turbulento: Christian Metzger acababa de empezar a reformar y ampliar una antigua casa de entramado de madera que iba a convertirse en el nuevo hogar de la familia. "Ya tenía dudas. Pero también lo sabía: ésta es una oportunidad única que encaja con mis intereses y objetivos a largo plazo." Metzger decide aceptar el reto a pesar del nivel de estrés y el trabajo en la casa. "Hasta ahora, no me he arrepentido ni un segundo", resume. "Fue una época estresante, por supuesto, pero siempre tuve el pleno apoyo de mi mujer y de toda mi familia detrás de mí. Cuando expresé mis preocupaciones iniciales a Balluff, el equipo se mostró muy comprensivo y fuimos capaces de encontrar una solución conjunta; estoy agradecido por ello hasta el día de hoy."
Metzger se ha mantenido fiel al equipo desde 2018: "Hoy, por supuesto, asumo significativamente más tareas de gestión que cuando era desarrollador", dice. "Pero mi enfoque sigue siendo el mismo: quiero que los procesos sean lo más eficientes posible y que rindamos como un equipo. Antes gestionaba el código, ahora gestionogestionoGestiono a mi equipo. Les doy poder para que hagan un buen trabajo para nuestros clientes".
El equipo de Plataformas de Firmware trabaja en estrecha colaboración con otros departamentos, como los de hardware, desarrollo de software y desarrollo de productos, para garantizar que las plataformas de firmware cumplan los requisitos de los clientes de Balluff.
Con lealtad hacia el futuro común
Christian Metzger mira al futuro con optimismo y ganas de acción: "Aún queda mucho por hacer. Mi objetivo para los próximos años es configurar nuestro equipo de modo que pueda funcionar de forma independiente. Los temas del firmware y la estandarización no me dejarán indiferente: veo que aún se puede hacer mucho en ellos".
Christian Metzger quiere seguir siendo fiel al sector y a Balluff: "Tuve la oportunidad de cambiar varias veces", dice. "La consideración estaba ahí, pero nunca quise dejarlo del todo. Siempre he considerado a Balluff como un empleador leal y agradecido que me ha apoyado privada y profesionalmente. Y me gustaría devolver esa lealtad".